viernes, 8 de febrero de 2008
domingo, 3 de febrero de 2008
Santo Sudario de Oviedo
Se trata un pañuelo de lino manchado de sangre y alguna quemadura de velas, de forma rectangular con una medida de 83x53 centímetros venerado como una de las prendas funerarias descritas en Jn 20, 7.
San Juan menciona un «sudario» (σουδαριον) que cubría la cabeza, y una «prenda de lino» o «vendajes» (οθονιον—othonion) cubriendo el cuerpo. Se cuenta que el sudario de Oviedo fue la prenda que cubrió entonces la cabeza de Jesús y que encontró el apóstol S. Pedro en la tumba vacía de Jesucristo y que recogió junto con la Sábana Santa de Turín.
Historia
Arca santa de Oviedo, que albergaba el santo sudario
En España, se puede constatar la existencia y estancia del pañolón en Oviedo desde el siglo VII. Su localización en fechas anteriores es más incierta, aunque algunos estudiosos lo sitúan en el Jerusalén del siglo I. También se cree que salió de allí ante el ataque de los persas pasando por el norte de África hasta Cartagena, Sevilla, Toledo y por fin Oviedo.
Arca santa de Oviedo, que albergaba el santo sudario.
El Santo Sudario se expone al público sólo tres días al año que son el Viernes Santo, el 14 de septiembre y el 21 de septiembre, San Mateo. El resto del año se encuentra depositado en la cámara santa.
Pruebas científicas
El primer estudioso sobre el paño Mons. Giulio Ricci (miembro de la curia vaticana y Presidente del "Centro Romano di Sindonología"). Un estudio de 1999 por Mark Guscin, miembro del equipo de investigación polifacética del Centro Español de Sindología, investigó la relación entre ambas prendas.
Basándose en la historia, patología forense, composición sanguínea (de tipo AB, como la de la sábana santa de Turín), y patrones de las manchas, concluyó que ambas prendas cubrieron la misma cabeza en dos momentos distintos, pero próximos entre sí. Avinoam Danin asintió con este análisis, añadiendo que los granos de polen del pañolón coinciden con los de la sábana.
La cruz de los ángeles en primer término, detrás se puede ver el santo sudario, el cuál está metido en un relicario de cristal.
Los incrédulos sostienen que el argumento es espurio. Puesto que niegan las manchas de sangre en la sábana, las del pañolón son irrelevantes.
Granos de polen
Los investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén informaron de la presencia de granos de polen en las muestras, pertenecientes a especies primaverales de Palestina.
Los investigadores israelíes también detectaron siluetas de distintas flores en la tela. Basándose en las especies identificadas, han sugerido que deben provenir del entorno de Jerusalén, en los meses de marzo o abril. En el área frontal, la que correspondería a la corona de espinas, hallaron vestigios de Gundelia tournefortii, que en el área de Jerusalén es exclusiva de este periodo del año. Este análisis está basado en la interpretación de varios patrones en el sudario como plantas particulares.
El análisis forense de las manchas de sangre en la sábana y pañolón llevan a creer que ambas prendas debieron cubrir la misma cabeza en momentos muy próximos. Siguiendo los patrones de las manchas, el hombre estaba en posición vertical cuando se colocó el pañolón sobre su cabeza, tal vez mientras colgaba de la cruz. Esta prenda se habría retirado posteriormente antes de extender la sábana.
Conclusiones del estudio hematológico forense realizado por el EDICES
• El Santo Sudario muestra una serie de manchas originadas por sangre humana, del grupo AB.
• Este lienzo está sucio, arrugado, parcialmente roto y quemado, está manchado y tiene un elevado nivel de contaminación pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.
• Parece ser un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituído.
• El Hombre del Sudario tenía barba, bigote y pelo largo, recogido en la nuca en coleta.
• En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, que habían sangrado alrededor de una hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre ellas.
• Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
• Dicho sujeto era cadáver. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.
• El Hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Sobre el lienzo que estuvo en contacto con la cara del cadáver, aparecen numerosas manchas originadas por líquido de edema pulmonar y sangre en la proporción 6:1 producidas en momentos distintos y consecutivos.
• Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical, en torno a una hora, y tenía, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a la derecha en relación a la vertical.
• Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20 grados a la derecha y colocando ésta a 115 grados respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
• Posteriormente el cadáver fue movilizado al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
• Por último fue colocado en decúbito supino.
Nuevas investigaciones
Recientes investigaciones han abierto una nueva vía de investigación sobre la autenticidad del Sudario de Oviedo, basándose en Nono de Panópolis, quien describe cómo se hacían nudos en el siglo V, y poniéndolos en relación con los nudos del pañolón.
Bibliografía
• La Sábana Santa y el Santo Sudario : La Coruña, El Arca de Papel, 2001 ISBN 84-95637-18-9
• El Santo Sudario de Oviedo : Granda, Madú ediciones, 2004 ISBN 84-95998-26-2
• El Santo Sudario de la Catedral de Oviedo : Ayuntamiento de Oviedo, 1997 ISBN 84-605-7189-0
• El Sudario de Cristo, DVD producido por GOYA Producciones: ISBN 84 213 94513204 http://www.goyaproducciones.es/
• Entrevista televisiva a José Delfín Villalaín, Catedrático de Medicina Legal y Forense que dirigió los estudios hematológicos del Santo Sudario de Oviedo: Puede ver esa entrevista en:
http://www.libertaddigital.tv/ldtv.php/programas/ver-corriael/el_sudario_de_cristo/
sábado, 2 de febrero de 2008
Sobre la Eucaristía
Recibir la Eucaristía es una de las condiciones para ganar el Jubileo del Año Santo de la Cruz. A continuación expongo algunas ideas a tener en cuenta para recibir la Comunión con fruto.
¿Qué aspectos abarca el sacramento de la Eucaristía?
Este sacramento abarca tres grandes aspectos:
- En la Eucaristía está realmente Jesucristo, con todas las consecuencias de adoración, respeto, deseo de acompañarle en los Sagrarios, cuidados materiales, etc.
- En la Misa se repite el sacrificio de la Cruz, y es lo más grande que los hombres podemos ofrecer a Dios.
- En la Comunión se recibe al mismo Jesucristo, y así viene a ser alimento que restaura y repara las fuerzas del alma, a la vez que nos une y transforma en Cristo. En la comida terrena el alimento pasa a ser cuerpo humano; aquí en cambio, es el hombre quien se va divinizando.

¿Qué se requiere para recibir la sagrada Comunión?
Para recibir la sagrada Comunión se debe estar plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal. Quien es consciente de haber cometido un pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar. Son también importantes el espíritu de recogimiento y de oración, la observancia del ayuno prescrito por la Iglesia y la actitud corporal (gestos, vestimenta), en señal de respeto a Cristo.
nº 291.Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (28.6.2005).
“Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (Jn. 6, 54). Se recibe al mismo Cristo. Se tiene acceso a la Vida Eterna. Es un gran privilegio. Es necesario hacerlo lo más dignamente posible.
“Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo” (1 Cor. 11, 27-29).
¿Indispensable, conveniente o necesario confesarse antes de comulgar?
Salvo que se esté en pecado mortal no es indispensable confesarse antes de comulgar.(Para ganar el Jubileo, otra de las condiciones es confesarse en un intervalo de 15 días, y siempre, si se está en pecado mortal, hacerlo antes de recibir la Eucaristía).

La persona puede haber pasado cierto tiempo sin confesión y aún comulgar, pues siempre que no haya cometido algún pecado mortal, sigue en estado de gracia. Por lo tanto, puede comulgar.
Confesarse al menos una vez al año
Sin embargo, ese tiempo entre confesión y confesión, para el que ha cometido un pecado mortal, no puede ser más largo de un año, porque la Iglesia exige que todo católico en esa situación se confiese al menos una vez al año. Es uno de los Mandamientos de la Iglesia.
Comunión y pecados veniales
Aunque la Comunión borra los pecados veniales, no es una práctica saludable acostumbrarse a pasar mucho tiempo sin confesarse, pues en el Sacramento de la Confesión se reciben gracias específicas para el fortalecimiento de la voluntad en la lucha contra el pecado. Y estas gracias son muy necesarias para los pecados graves, pero también para los pecados veniales, sobre todo si son pecados habituales.
¿Para qué ir a Misa si no puedo Comulgar?
Para ofrecer a Dios el sacrificio redentor de Cristo. Es cierto que la Iglesia recomienda -para una participación más plena- que aquellos que están en condiciones de hacerlo, comulguen. Pero esto no quita que se pueda participar activamente en la Misa sin comulgar. Son dos cuestiones distintas. Y la comunión siempre presupone las debidas disposiciones, sin las cuales, haría daño, mucho daño al alma de quien comulga.
Además en el caso de la misa dominical, no asistir a Misa añadiría otro pecado mortal a la persona. El cumplimiento del precepto dominical es absolutamente independiente de la Comunión, y se cumple con la asistencia a Misa.

Sentido del ayuno
- Debe haber pasado una hora sin tomar alimentos. La hora es lo que se entiende por una hora. No marear con casuísticas. Los enfermos y asimilados están dispensados de esta norma.
La Iglesia no pretende limitar la Comunión y que sean menos los fieles que comulgan, sino velar por el respeto y la veneración a tan gran sacramento porque recibimos al mismo Cristo.
¿Me voy a perder de comulgar por cinco minutos?
Sí, porque nadie te obligó a comer.
En realidad nadie te prohíbe comulgar. Sencillamente no te has preparado lo suficiente: te faltan unos minutos de preparación y por respeto a la Eucaristía, no querrás ser descortés con el Señor. Es precisamente el amor a la Eucaristía lo que te lleva a no comulgar.
Es mejor no comulgar obedeciendo a la Iglesia que comulgar desobedeciendo
Es imposible que sea grato a Dios que comulguemos desobedeciendo. Seguro, sin lugar a la menor duda, es más grato a Dios que no comulgues si te falta el tiempo de ayuno como expresión de respeto y obediencia, que comulgar por capricho yendo en contra de la ley de la Esposa de Cristo: ¿te acuerdas del "todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo"?
¿Dijo Jesús que debíamos comer su cuerpo?
Sí. Seguro que lo dijo. Sus palabras son tan claras como el cristal.
En la Última Cena Jesús dijo a sus discípulos: “Tomad y comed todos de él; porque éste es mi cuerpo....”
También dijo:
“En verdad, en verdad os digo: Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.” (Jn 6, 53-55).
Durante la Misa recibimos la carne y sangre reales de Cristo, presentados bajo la apariencia de pan y vino. Citas relacionadas: Mt 26, 26-28 ; Lc. 22, 19 ; Hch 2, 42-46
¿Que pierdo si no comulgo?
Si dejas una vez de recibir la Santa comunión, considera lo que pierdes:
1) Pierdes una ocasión de ver personalmente a Jesús autor de la vida espiritual y de toda santidad.
2) Pierdes un aumento especial de gracia santificante, que embellece tu alma y la hace mas grata a los ojos de Dios.
3) Pierdes la gracia sacramental a la que tienes derecho en tiempo de las tentaciones.
4) Pierdes la preciosa oportunidad de recibir el perdón de tus pecados veniales.
5) Pierdes la influencia amortiguadora de las pasiones.
6) Pierdes la ocasión de recibir la remisión parcial de los penas temporales de tus pecados.
7) Pierdes los gozos espirituales que cada comunión suele producir.
8) Pierdes un aumento de gloria por toda la eternidad.
9) Y quizá pierdas:
a) el control sobre tus pasiones.
b) una gracia especial que por mucho tiempo vienes pidiendo.
c) la conversión o salvación de algún alma.
d) la salvación de algún alma de un pariente en el purgatorio...
¡De qué gracias te privas si omites una sola Comunión!