Las indulgencias son la remisión del mal que causan nuestros pecados. Si la culpa de nuestros pecados se nos perdona mediante el sacramento de la confesión, el mal que produce nuestro pecado se mitiga con el don de la indulgencia. Con el siguiente ejemplo se puede comprender mejor. Es como si una persona se hiciese una herida profunda en la piel. Se curaría dando unos puntos de sutura más la medicación oportuna, y, una vez curada la herida, siempre quedaría una cicatriz. Pues esa cicatriz que permanece en el alma después de un pecado grave, que se traduciría después de la muerte en tiempo de estancia en el Purgatorio, se puede borrar total o parcialmente según se gane la indulgencia plenaria o una parcial.

Así la define el Código de Derecho Canónico (c. 992):
"La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los Santos".
La indulgencia puede ser plenaria o parcial, según libere de la pena temporal debida por los pecados, totalmente o sólo en parte (c. 993).
La gracia del Jubileo, si se cumplen bien todas sus condiciones, es de indulgencia plenaria. Todo fiel, con las debidas condiciones, puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a modo de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias (c.994).
Condiciones para ganar el Jubileo
Para beneficiarse de las indulgencias plenarias concedidas por el Papa Benedicto XVI para este tiempo es prioritario vivir el deseo de acercarse al Señor. Pedir para que cada uno de nosotros veamos la necesidad de convertirnos a Él, cambiando todo lo que no es de Dios.
Además se nos exige:
• Visitar la Catedral de Oviedo y la Cámara Santa en donde se encuentran la Cruz de la Victoria y la Cruz de los Ángeles. También puede ganarse el Jubileo visitando la Basílica de Covadonga.
• Recibir los sacramentos de la penitencia (puede ser 15 días antes o después) y de la Comunión. Estos dos sacramentos realizan la conversión y el compromiso de amor con Jesús y nuestros hermanos.
• Hacer compromisos de conversión y de renovación.
• Rezar alguna oración (al menos, el Credo, el Padrenuestro y pedir por las intenciones del Papa) y hacer obras de caridad. Se recomienda asistir a la Santa Misa.
Para obtener indulgencia parcial es necesario:
• Realizar obras de misericordia, de penitencia o de evangelización.
• Participación en la eucaristía.
• Hacer el Vía Crucis u otros actos de piedad hacia la Cruz de Jesucristo.
• Participación en cualquier otro acto religioso previsto para todo el año jubilar.
• Visitar a los enfermos y orar por las necesidades de los que sufren.
• Dar testimonio público de la fe en Jesucristo.
• Tener algún gesto de perdón con algún vecino, conocido o familiar.
Hay otras muchas formas de obtener indulgencias parciales.
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